sábado, 7 de agosto de 2010


El Cráter de Chicxulub

Durante la década que siguió a la publicación del estudio, la hipótesis de la extinción por el choque de un asteroide continuó siendo tema de debate entre geólogos y paleontólogos.

Uno de las mayores objeciones a esta hipótesis era que no se conocía un cráter cuyas dimensiones correspondieran al tamaño calculado, que debería tener entre 150 y 200 km de diámetro. Si bien no sería imposible que la Tierra hubiera cambiado desde entonces escondiendo una tal deformación, en 1990 se ubicaron indicios en Haití de un tsunami de grandes proporciones que arrastró residuos de iridio. Buscando estudios geológicos realizados desde los años 1960 en adelante se pudo ubicar un cráter en Chicxulub, en la península de Yucatán, con un diámetro de unos 170 km.


Para algunos científicos, un problema de esta teoría es que la lectura de los registros fósiles sugiere que la extinción masiva de hace 65 millones de años duró cerca de diez millones de años, lo que no cuadra bien con que su causa fuera el impacto. Otros autores sostienen que la extinción fue muy rápida para la mayor parte de las especies. Es evidente que gran parte de estas discusiones está condicionada por la escasez de restos fósiles en grupos como los dinosaurios, si se calcula que la población al momento de su extinción pudo ser de 10.000 millones de estos animales en todo el mundo. Hasta el momento, la única zona conocida rica en restos de dinosaurios con continuidad sedimentaria a través del límite K/T es la Formación Hell Creek de Norteamérica, donde los especialistas en dinosaurios llevan décadas discutiendo sobre si su extinción fue catastrófica o se produjo gradualmente a lo largo de los últimos 10 millones de años del Cretácico.

A pesar de la dificultad de encontrar series ricas en fósiles de dinosaurios donde se haya registrado el límite K/T, una buena aproximación al debate puede realizarse calculando cómo varía su diversidad con el tiempo. En este sentido, el equipo de D. E. Fastowsky publicó en 2004, en la prestigiosa revista Geology, un trabajo donde analizaban estadísticamente la base de datos más completa que existe sobre la diversidad de restos óseos, huevos, coprolitos y huellas de dinosaurios encontrados en los cinco continentes. Dichos autores concluyeron que, lejos de descender, la diversidad de géneros fósiles relacionados con los dinosaurios dentro de los últimos 18,5 millones de años del Cretácico alcanzó un máximo justamente durante los dos millones de años previos al límite K/T, contradiciendo el aparente declive gradual que algunos autores han defendido.


Los foraminíferos planctónicos (organismos unicelulares marinos) son otro grupo muy estudiado en relación con las extinciones del límite K/T. Según los recientes resultados científicos de un equipo internacional de investigadores liderados por Gerta Keller (Universidad de Princeton, EE. UU.) y Thierry Adatte (Universidad de Neuchâtel, Suiza), el cráter es 300.000 años más antiguo que la lámina K/T (Cretácico-Terciario). Por el contrario, otros estudios con foraminíferos planctónicos llevados a cabo por el equipo de Jan Smit (Universidad Libre de Amsterdam) o por el equipo de Micropaleontología de la Universidad de Zaragoza (España), sostienen que el impacto meteorítico tuvo lugar coincidiendo con el límite K/T.







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