Bajo la dirección del Dr. Alan Feduccia de la Universidad de Carolina del Norte (UCN) en Chapel Hill, un equipo de científicos anuncia que, como resultado de su nueva investigación y otros estudios, las teorías sobre "dinosaurios con plumas", que ellos califican de exageradas, no tienen ningún fundamento.
"Todos estamos de acuerdo en que pájaros y dinosaurios tenían algunos antepasados reptiles en común", reconoce Feduccia, profesor de biología en la UCN. "Pero decir que los dinosaurios son los antepasados de los pájaros modernos que vemos volar a nuestro alrededor, porque nos gustaría que lo fuesen, es una gran equivocación. La teoría de que los pájaros son el equivalente de dinosaurios vivientes, y que los dinosaurios tenían plumas, está llena de innumerables agujeros".
Otros autores del informe sobre las últimas investigaciones del equipo son los Drs. Theagarten Lingham-Soliar de la Universidad de KwaZulu-Natal en Sudáfrica, y Richard Hinchliffe de la Universidad de Gales.
Usando potentes microscopios, el equipo examinó la piel de reptiles modernos, los efectos de la descomposición en la piel, y la evidencia fósil relativa a los supuestos antecesores de las plumas, elementos también conocidos como "protoplumas".
Según ellos, las pautas que en dichos fósiles recuerdan a la estructura de las plumas, también están presentes en fósiles que se sabe no están estrechamente relacionados con las aves, y en consecuencia resulta mucho más probable que sean tejidos relacionados con la piel.
Feduccia explica que mucha de la confusión surgió del hecho de que en la misma área de China se encontraron dos juegos de fósiles. Algunos de éstos tenían plumas verdaderas y eran de hecho aves conocidas como "microrraptores", mientras que otros no eran y no se debían considerar aves en absoluto.
Feduccia explica que el caso más difundido a favor de dinosaurios emplumados surgió en 1996 con el pequeño dinosaurio Sinosauropteryx del período Cretácico temprano, que apareció en varias publicaciones importantes como la evidencia largamente buscada de plumas de dinosaurio y de que las aves descendieron de los dinosaurios. "Nadie se ha molestado todavía en aportar evidencias, estructurales o biológicas, que demuestren que esas estructuras tienen algo que ver con plumas. En nuestro nuevo trabajo mostramos que éstas y otras estructuras filamentosas no eran "protoplumas", sino los restos de redes de fibras de colágeno que reforzaban la piel".
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